Apuntes tofflerianos en
tiempos de pandemia
Emilio Martínez Cardona
¿Qué modo de producción sobrevivirá al coronavirus?
Un intento de respuesta a esa interrogante nos remite
a los estudios de Alvin Toffler, el sociólogo del futuro, que supo adelantarse
en varias décadas a las nuevas tendencias mundiales desde su obra clave, La Tercera Ola (1980).
“La tecnología avanzada y los sistemas de información
harán posible que mucho del trabajo de la sociedad pueda realizarse en casa por
medio de telecomunicaciones por conexiones de computadora”, escribió Toffler
hace 40 años, anunciando el teletrabajo, mientras que en otras páginas sugirió
eventuales procesos de desurbanización, prediciendo que las ciudades perderían
importancia con “el cambio del trabajo desde la oficina y la fábrica hacia el
hogar”.
En consonancia con lo último, el profesor de la
Universidad de París VIII, Hamza Esmili, indica que un 17% de los habitantes de
la capital francesa “han abandonado la ciudad para refugiarse en sus
residencias temporales en el campo”, a raíz de la emergencia del Covid-19.
¿Podría ser la descongestión urbana una respuesta a la
globalización de las enfermedades virales? La reducción de la densidad
demográfica y el fortalecimiento de las ciudades intermedias podrían ser parte
de ese nuevo escenario.
Respecto al modo de producción, Toffler preveía que en
la economía de la tercera ola se intensificaría la flexibilidad en los procesos
industriales, llevando a la desmasificación y a la figura de los “prosumidores”:
consumidores cada vez más involucrados en el diseño y manufactura (personalizado
y teledirigido) de los productos.
Sobre la actual migración de empleos al teletrabajo, Pedro
Moneo, CEO y fundador de la consultora Opinno, señala que “la experiencia de
estos días animará a unas empresas a proseguir el camino y aconsejará a otras
no seguirlo, pero será un antes y un después para todas. (…) El futuro será
híbrido, nos sorprenderemos de hasta dónde puede llegar lo digital porque hace
las tareas computables y automatizables, pero no cabe duda de que el modelo
físico no puede desaparecer”.
El futuro del trabajo –cada vez más cercano- será
híbrido, entonces. En parte online y en parte presencial, con menos gente, más
distanciada y con estrictos protocolos de bioseguridad.
Otros elementos de este nuevo paradigma, de esta
aceleración de la tercera ola, serán una mayor automatización, el salto
cualitativo hacia el Internet de las Cosas (IoT), la micromovilidad urbana
(bicicletas, patinetas electrónicas, minitaxis para un solo pasajero), la
ubicuidad de los delivery y los mercados móviles privados, a partir de la
reconversión de los food truck.
En contraposición, puede comenzar el ocaso de las
grandes concentraciones humanas y sus correspondientes edificaciones: la
mega-fábrica, las moles llamadas “unidades educativas”, los estadios y los mall
center. En suma, de la arquitectura de la segunda ola, de la economía
industrial. Tal vez se construya más pero en menor tamaño.
Amanecerá y veremos.