El mito de la “potencia
médica” cubana
Emilio Martínez Cardona
“El Estado boliviano debe pedir ayuda a China y Cuba,
tanto en apoyo de personal médico como de suministro de medicamentos”, tuiteó
Evo Morales desde Buenos Aires, mientras que su ex cajero y actual candidato
presidencial, Luis Arce Catacora, hizo lo propio en la misma red social,
señalando: “Nos contactamos con el gobierno de Cuba y existe absoluta
predisposición para cooperar con el antiviral para tratar el coronavirus, así
como con personal médico”.
La mejor respuesta a esta manipulación provino de uno
de los científicos bolivianos más prestigiosos, Mohammed Mostajo-Radji, quien
aclaró desde Facebook que “el Interferón alpha 2B (la supuesta droga
anticoronavirus cubana) fue descubierta por Charles Weissmann y su equipo en la
Universidad de Zurich hace más de 50 años. Como las patentes son dadas por 20
años y ésta expiró hace más 30, cualquier laboratorio en el mundo puede
hacerla. Cuba la hace porque le da la gana, no porque la descubrieron ellos. Existen
al menos otros 12 laboratorios en el mundo que la producen”.
Mostajo-Radji advirtió que, si bien el antiviral está
médicamente aprobado para su empleo en hepatitis B y C, melanoma y algunos
tipos de leucemias, su uso para el tratamiento de coronavirus no está validado.
“Colocar este medicamento en un paciente de
coronavirus implica todos los riesgos relacionados a una terapia experimental. Si
el gobierno cubano u otro tiene datos de fase clínica 3 mostrando su eficacia
en el tratamiento de coronavirus (con todos los controles y números que
conlleva un estudio de fase 3), que me los mande. Con gusto armo un equipo
internacional de inmunólogos que analicen los datos y den su opinión. Pero
mientras tanto dejemos de jugar con la salud física y mental de los bolivianos.
¡Exijamos evidencia, no propaganda!”, añadió.
El tema del Interferón alpha 2B es sólo la aplicación
más reciente del aparato propagandístico castrista, en busca de apuntalar el
mito de la “potencia médica” cubana, una ficción montada a lo largo de varias
décadas. Pero, ¿cuál es la realidad de la isla?
“Lejos de
ser una potencia médica capaz de curar el coronavirus, el régimen comunista es
incapaz de alimentar a su gente y en caso de que enfermen son empobrecidos”,
señala la acuciosa investigadora Mamela Fiallo Flor, en un artículo de
PanamPost. La autora indica que los médicos escasean fuera de La Habana, “ya
que son enviados a misiones en el extranjero, tanto como propaganda política
como para producir 500% más dinero que el turismo, mediante la explotación
laboral”.
Y lo que
es peor: la dictadura del PCC (Partido Comunista de Cuba) acaba de establecer
una reducción del 50% del salario a quienes enfermen de coronavirus. “Si una
empresa privada tomara las medidas implementadas en Cuba contra los
trabajadores, que reciben salarios miserables, sería un escándalo internacional”,
dice Fiallo, precisando que los cubanos infectados de coronavirus pasarán de
recibir 42 dólares mensuales a 21.
En cuanto
a China, la otra “potencia médica” citada en el tuit de Morales, vale la pena
citar la opinión de Mario Vargas Llosa (“Regreso al Medioevo”, diario El País
de España), quien acertadamente subraya que “nada de esto (la crisis del
coronavirus) podría estar ocurriendo en el mundo si China Popular fuera un país
libre y democrático y no la dictadura que es”, en alusión al ocultamiento del
brote intentado inicialmente por el régimen de Pekin, que dilató el combate
efectivo a la epidemia.