Bolivia: distorsión estatal del mercado de tierras y
crisis forestal
Emilio Martínez Cardona
Aún la reciente oleada de encuestas, realizadas antes
del agravamiento de la crisis forestal en la Chiquitania, no ha registrado el
impacto negativo que con seguridad tendrá la catástrofe sobre la intención de
voto oficialista, lo que podríamos denominar el “Efecto Nerón”, por aquel
emperador loco que tocaba su lira entre las llamas de Roma, al que ha llegado a
parecerse el actual mandatario en varios aspectos.
Como Nerón, que acusó a los cristianos por el incendio
que él mismo provocó o tardó en combatir –de acuerdo a las distintas
versiones-, el “emperador” de hoy en día ordena a sus centuriones cargar culpas
sobre la oposición, procurando desviarlas de la verdadera responsabilidad.
El Movimiento Al Socialismo impulsó el proceso de
colonización en el este de Santa Cruz, motivado por razones tanto
clientelísticas como electorales. Operación que llevó al asentamiento, a través
de una acelerada dotación de predios por el Instituto Nacional de Reforma
Agraria (INRA), de una gran cantidad de “sindicatos campesinos” procedentes de
otros ecosistemas y, por lo tanto, sin experiencia en el manejo del bosque
chiquitano. Se trata, en cierta forma, de una distorsión del mercado de tierras
por injerencia estatal.
Históricamente, todas las reformas agrarias del
planeta han conducido a problemas ambientales y la de Evo no será la excepción.*
Es cierto que han existido en años anteriores picos
muy graves en materia de incendios forestales, como lo señala un informe de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), que reporta quemas superiores a los 3
millones de hectáreas anuales en el 2010 (régimen populista actual), 2005 y
2004 (“prólogo” al régimen actual: presidencia fallida de Carlos Mesa). Pero no
es menos cierto que la intensidad de la presente crisis ha llevado a la pérdida
de más de 1 millón de hectáreas en sólo un mes.
Tanto la actual devastación como los fenómenos de años
anteriores están ligados, ya sea en su origen o en la negligencia de su
combate, con un modelo centralista agotado, donde las decisiones se toman muy
lejos de las zonas afectadas, retrasando las posibilidades de reacción y
provocando un uso irracional de los recursos.
Una razón más para apostar por un cambio hacia la
federalización, reforzando las capacidades económicas y normativas de los
gobiernos subnacionales, en este y otros campos.
Por lo pronto, es muy probable que el “Efecto Nerón”
se traduzca en un voto castigo al partido cocalero, ocasionando que en el
departamento más afectado, Santa Cruz, se concentren aún más los sufragios en
torno a la corriente de raigambre autonomista.
*En Brasil, sería interesante
investigar un posible nexo entre incendios y zonas de asentamientos del
Movimiento Sin Tierra durante la presidencia de Lula da Silva.