jueves, 10 de mayo de 2018


Complicaciones grouchomarxistas con Incahuasi



Emilio Martínez Cardona

El gran Groucho Marx solía decir que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

El régimen evista parece haber seguido esa definición al pie de la letra, a manera de guión estratégico y sin una pizca del humor de Groucho, al buscar un conflicto interregional en Incahuasi para después tratar de aparecer como falso componedor del embrollo, a través de unos parlamentarios oficialistas que presentaron un recurso ante esa justicia que obedece a sus mismos jefes.

Pero el desbarajuste fue tal que el conflicto escaló más allá de lo previsto, ocasionando la renuncia obligada del principal artífice del entuerto, el ex ministro y ahora ex viceministro de autonomías Hugo Siles, implacable dilatador del Pacto Fiscal y sofista del neo-centralismo.

En el camino, el partido de gobierno ha minado sus apoyos en los departamentos “jocheados” por el conflicto, Santa Cruz y Chuquisaca, donde en gran parte de la población se ha elevado el malestar con el masismo: en el primer caso, por el congelamiento de un 50% de los ingresos por regalías, llegando a poner en peligro el pago de ítems de salud; y en el segundo por la promoción de falsas expectativas de recursos, provocadas por esa demagogia divisora que no sabe cómo salir del enredo autogenerado.

El “divide e impera” le ha estallado al oficialismo en las manos y es previsible que eso se refleje en las próximas encuestas de intención de voto, en esos sondeos que rozan la apología del delito al incluir la pre-candidatura inconstitucional de Evo Morales.

Cualquiera que sea la salida que se encuentre al conflicto, lo cierto es que el principal resultado para el Movimiento Al Socialismo será una pérdida de proyección electoral en dos departamentos, algo que al ser debidamente calibrado podría derivar en nuevas cabezas ministeriales rodando fuera del Palacio Quemado.

Entretanto, sería recomendable que en Santa Cruz y Chuquisaca se recuerde que el asunto de fondo respecto a la renta pública es la necesidad de descentralizarla (ya en otro momento hablaremos sobre la urgencia de emancipar a los ciudadanos de tanta carga tributaria).

De modo que ambas regiones deberían considerarse como aliadas contra un régimen concentrador, que acapara el 85% de los ingresos estatales sin mostrar la mínima intención de revisar dicho esquema, funcional a la corrupción y al despilfarro en obras fantasmagóricas e inversiones irracionales.

Esa sería una manera más productiva de enfocar las cóleras errantes de la época contra quien realmente lo merece, evitando el discurso fratricida.

Para finalizar, habría que dedicarles a los aprendices de brujos que fungen como estrategas en el gobierno central otra frase punzo-cortante de Groucho Marx: “Perdonen que les llame caballeros, pero es que no los conozco muy bien”.