viernes, 18 de enero de 2019


PETRO-PRAGMÁTICOS Y FILO-TERRORISTAS



Emilio Martínez Cardona

La entrega a Italia del terrorista Cesare Battisti puso en evidencia la intensidad de las pugnas internas en el régimen del Movimiento Al Socialismo, entre el ala pragmática encabezada por el ministro de gobierno Carlos Romero y la facción que mantiene el “horizonte comunista”, acaudillada por los hermanos García Linera, el ex ministro Hugo Moldiz y el asesor vasco Katu Arkonada.

Por su parte, Romero representa una tendencia hacia el Termidor del “proceso de cambio”, algo intermedio entre la intransigencia de Venezuela y Nicaragua y la evolución a la ecuatoriana, aunque con Evo Morales siempre a la cabeza del Estado.

Se trata de una adaptación oportunista al nuevo marco geopolítico latinoamericano, particularmente a la presencia de la administración Bolsonaro en Brasilia, de la que se busca alguna continuidad en el negocio gasífero. Junto al relativo y medido aggiornamiento en las relaciones externas, esta tendencia procura la alianza con sectores empresariales del Oriente boliviano, tejida por Romero durante años. 

Por el otro lado, tenemos a la facción que apuesta por radicalizar los componentes autoritarios del régimen, a la manera de lo practicado por Nicolás Maduro y Daniel Ortega, sobre el consabido guión cubano que señala el rumbo hacia una intensificación represiva.

Por supuesto, a la hora de protestar por la entrega de Battisti, junto a la visión estratégica de inclinación despótica también pesan sobre estos actores ciertos antecedentes en común, como la adscripción de los García Linera al terrorista EGTK o de Arkonada al brazo político de ETA.

Sólo así se explica la defensa de un condenado (no simplemente acusado) a cadena perpetua por la justicia italiana (no por el gobierno de Matteo Salvini) por su participación en cuatro asesinatos, entre ellos los de un carnicero y un joyero a los que el grupo de Battisti, Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), mató para robarles objetos de valor o la recaudación de las ventas del día.

Y es que esta era precisamente la teoría del PAC: la alianza con delincuentes comunes, a los que consideraba como los mejores revolucionarios por su dedicación vocacional a la “expropiación” de la burguesía. O habría que decir robolucionarios.

Algo parecido a lo sostenido por Bakunin, el parricida Shocklender en sus clases de la “Universidad de las Madres de Plaza de Mayo” o por el peor Galeano, que en alguna de sus páginas consideraba a los mareros de Centroamérica como los herederos de las guerrillas de los ´70 y ´80 en esa región.

En cualquier caso, volviendo al contexto nacional, las tensiones hacen visible una grieta partidaria en el MAS de la que ya se percibían síntomas en los últimos años, pero que ahora queda expuesta en toda su crudeza.

Tensiones que podrían traducirse en un nuevo gabinete ministerial en los próximos días. Su conformación dará pistas para saber cómo se resolvieron, mediaron o postergaron las contradicciones internas en el oficialismo.