CORRER SOLO Y PERDER
Emilio Martínez Cardona
El domingo pasado, el régimen de Evo Morales fue víctima
de su propio atropello, arrogancia y hegemonismo. En su afán de reescribir las
reglas electorales en su propio beneficio, terminó jugando solo el partido de
las primarias, que perdió con un rotundo autogol.
La votación del oficialismo apenas llegó al 5% del Padrón
Electoral, un fracaso sin paliativos para una fuerza política cuyo caudillo
habla de “ganar las elecciones nacionales con el 70%”.
Si bien la participación en las primarias no era
obligatoria, es bien sabido que la maquinaria del MAS utiliza diversos
dispositivos de coerción para llevar a las urnas a sus afiliados, la mitad de
los cuales serían funcionarios públicos.
Aunque García Linera habla de tan sólo 20.000 burócratas
en el gobierno, lo cierto es que éstos ascienden a más de 400.000, teniendo en
cuenta a las empresas públicas y entidades descentralizadas, y sin contar a los
numerosos empleados de las alcaldías y gobernaciones en manos del partido
cocalero.
De manera que la escasa afluencia habla tanto de una
suerte de rebelión pasiva de los militantes, como de una creciente
desorganización en los mecanismos internos de control. Súmese a esto el hecho
significativo de que el 10% de los votos fueron blancos o nulos.
Si las primarias hubieran contado con un marco normativo
mínimamente razonable, el binomio Evo-Álvaro ya habría quedado descartado por
orfandad de apoyos en su propio partido.
Con este papelón, es posible que la observación de la OEA
en las primarias se vuelque en contra de los aprestos reeleccionistas del
masismo, si Luis Almagro se comporta a la altura que ha demostrado en otros
conflictos políticos de la región.
Las primarias de partido único y de abstención récord de
las que fueron testigos los observadores del sistema interamericano deberían
activar una alerta roja en la Secretaría General del organismo, que entre otras
cosas podría pedir que se acelere la opinión consultiva de la CIDH sobre el bufonesco
“derecho humano a la repostulación infinita”.
Todo esto también debería servir para que a nivel
internacional se fortalezca la preocupación por el restablecimiento de un
sistema democrático pleno en Bolivia, ya que hasta el momento el país suele ser
obviado muchas veces cuando se habla de los regímenes autoritarios de Venezuela
y Nicaragua, junto a los que tendría que ser inevitablemente mencionado.
Después de la convocatoria al referéndum del 21F, las
elecciones primarias del 27E aparecen como un segundo gran error estratégico
del Movimiento Al Socialismo. Es sintomático que el nuevo ministro de
comunicación haya disparado un dardo contra el vicepresidente, calificando de
“error” la estimación hecha por el segundo mandatario en la jornada previa a
los comicios del domingo, cuando dijo que “habría que preocuparse” si la
votación del oficialismo no llegaba al 50% de los afiliados (sólo alcanzó al
37%).
Y es que el vice ya había sido sindicado de ser el
ideólogo de la fallida convocatoria del 21F, sumando ahora un segundo fiasco
con esta “maniobra envolvente” que sólo envolvió al partido de gobierno.