ELECCIONES DE ABRIL: CONCLUSIONES PRELIMINARES
Emilio Martínez
1. El resultado electoral del pasado 4 de abril es híbrido: el MAS avanza en los municipios rurales pero la oposición gana la mayoría de las capitales departamentales (se profundiza la polarización campo-ciudad). El gobierno conquista alguna gobernación pero la oposición mantiene importantes bases de resistencia territorial en la Media Luna.
2. Juan del Granado aparece como un liderazgo opositor emergente. ¿Tendrá la talla para el desafío?
3. En Santa Cruz, único departamento del país con segunda vuelta electoral, se agitó falazmente el fantasma de un posible triunfo oficialista para forzar al “voto útil”.
4. Los resultados en todo el país demostraron que el voto caudillista por Evo Morales es intransferible a otros candidatos del MAS.
5. Las elecciones también fueron el trampolín para nuevos actores que llegaron al escenario político para quedarse, como el caso de Juan Carlos Urenda, que supo saltar diferencias partidarias y convertirse en uno de los principales cuestionadores de la detención de Gary Prado.
6. En su acto de festejo, Rubén Costas retomó la línea de discurso que habla de “acabar con la lucha de Tom y Jerry” y envió una señal de acercamiento al gobierno, proponiendo un “pacto de concordia nacional”. ¿Buenas intenciones o búsqueda de un seguro contra procesos judiciales?
7. En el caso cruceño, las encuestas más que reflejar la realidad la crearon, al inducir al voto. Queda como asignatura pendiente la necesidad de transparentarlas.
8. Los votos del MAS en todo el país suman 49% del electorado, por lo que las distintas fuerzas de oposición tomadas en conjunto empatan al oficialismo.
9. Las fracturas internas en el partido de gobierno y su arco de alianzas con los “movimientos sociales” parecen agudizarse. A las disidencias de Lino Villca, Félix Patzi y Abel Mamani se sumaron los silbidos de los Ponchos Rojos a los candidatos masistas. Como el MNR a comienzos de los `60, el MAS podría estar entrando en un proceso de fraccionamiento.
10. Las victorias de los ex aliados del gobierno (hoy devenidos en oposición moderada) en las ciudades de La Paz y Oruro, junto al retorno de Joaquino en Potosí, rompen la dicotomía Oriente-Occidente que fue funcional al proyecto evista. El escenario cambia y el país ya no será igual al del 3 de abril.
Emilio Martínez
1. El resultado electoral del pasado 4 de abril es híbrido: el MAS avanza en los municipios rurales pero la oposición gana la mayoría de las capitales departamentales (se profundiza la polarización campo-ciudad). El gobierno conquista alguna gobernación pero la oposición mantiene importantes bases de resistencia territorial en la Media Luna.
2. Juan del Granado aparece como un liderazgo opositor emergente. ¿Tendrá la talla para el desafío?
3. En Santa Cruz, único departamento del país con segunda vuelta electoral, se agitó falazmente el fantasma de un posible triunfo oficialista para forzar al “voto útil”.
4. Los resultados en todo el país demostraron que el voto caudillista por Evo Morales es intransferible a otros candidatos del MAS.
5. Las elecciones también fueron el trampolín para nuevos actores que llegaron al escenario político para quedarse, como el caso de Juan Carlos Urenda, que supo saltar diferencias partidarias y convertirse en uno de los principales cuestionadores de la detención de Gary Prado.
6. En su acto de festejo, Rubén Costas retomó la línea de discurso que habla de “acabar con la lucha de Tom y Jerry” y envió una señal de acercamiento al gobierno, proponiendo un “pacto de concordia nacional”. ¿Buenas intenciones o búsqueda de un seguro contra procesos judiciales?
7. En el caso cruceño, las encuestas más que reflejar la realidad la crearon, al inducir al voto. Queda como asignatura pendiente la necesidad de transparentarlas.
8. Los votos del MAS en todo el país suman 49% del electorado, por lo que las distintas fuerzas de oposición tomadas en conjunto empatan al oficialismo.
9. Las fracturas internas en el partido de gobierno y su arco de alianzas con los “movimientos sociales” parecen agudizarse. A las disidencias de Lino Villca, Félix Patzi y Abel Mamani se sumaron los silbidos de los Ponchos Rojos a los candidatos masistas. Como el MNR a comienzos de los `60, el MAS podría estar entrando en un proceso de fraccionamiento.
10. Las victorias de los ex aliados del gobierno (hoy devenidos en oposición moderada) en las ciudades de La Paz y Oruro, junto al retorno de Joaquino en Potosí, rompen la dicotomía Oriente-Occidente que fue funcional al proyecto evista. El escenario cambia y el país ya no será igual al del 3 de abril.