El Foro de Sao Paulo en España
Emilio Martínez Cardona
La fallida operación
conjunta de España y México para liberar a Juan Ramón Quintana (el “Diosdado
Cabello” boliviano), a quien llamaremos en adelante JRQ, demuestra que el Foro
de Sao Paulo también actúa ahora en tierras ibéricas.
Es el primer síntoma
de lo que representaría el arribo al gobierno español de la formación
prochavista Podemos, que acaba de firmar un acuerdo de coalición con el PSOE.
Esta última fuerza
política dista mucho de ser lo que fue en tiempos de Felipe González, quien
encabezó una administración cuasiliberal que incluso privatizó 200 empresas
estatales heredadas de la etapa del dirigismo falangista.
Luego vino la deriva
con Rodríguez Zapatero, keynesiano en la política económica y demasiado
amigable con los regímenes populistas autoritarios de América Latina.
Esa deriva parece
profundizarse con el acercamiento de Pedro Sánchez y Podemos, configurando una
especie de “Frente Popular del siglo XXI”.
Volviendo a la
Operación Encapuchados, según el eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch (uno de
los columnistas más formidables de la prensa española), ésta habría tenido el
objetivo de liberar a JRQ, para asegurar su silencio sobre ingentes cantidades
de dinero recibidas por Podemos, enviadas por las autocracias de Bolivia,
Venezuela y Nicaragua.
De acuerdo a datos
manejados por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, la formación española de
la izquierda radical habría tenido un esquema donde varios integrantes de su
cúpula nacional se encargaban de la gestión de esos fondos: Carolina Bescansa
para Nicaragua, Juan Carlos Monedero para Venezuela e Íñigo Errejón para
Bolivia.
Otras versiones
también apuntan a la información que podría conocer JRQ, acerca del envío de
cocaína boliviana a los cárteles mexicanos. Y aquí vale la pena recordar la
libertad con que se movía el hijo del “Chapo” Guzmán en la Bolivia de Evo
Morales, donde incluso llegar a tomar clases de pilotaje de avionetas,
visitando en reiteradas ocasiones el bastión presidencial cocalero del Chapare.
Es curioso que el
hijo del “Chapo”, liberado por Andrés Manuel López Obrador, sea el gran punto
en común entre AMLO y Morales. Todo apunta a que la Operación Encapuchados fue
inspirada por la corrupción narcopolítica.
En Bolivia, las
reacciones a la maniobra fueron desde la más contundente del gobierno de
transición, que procedió a las correspondientes expulsiones de los diplomáticos
implicados, hasta la más timorata del ex presidente Carlos Mesa, quien se
limitó a decir que “no es lo más idóneo que policías españoles del GEO vayan
encapuchados a una embajada” (cierto: la frase viene de un admirador de Lula y
de los Kirchner).
Posdata: El accionar
ibérico del Foro de Sao Paulo tiene también su manifestación en el plano jurídico,
con la incorporación del prevaricante ex juez español Baltasar Garzón al equipo
de abogados defensores de Evo Morales en Buenos Aires.