jueves, 2 de enero de 2020


El Foro de Sao Paulo en España

Emilio Martínez Cardona

La fallida operación conjunta de España y México para liberar a Juan Ramón Quintana (el “Diosdado Cabello” boliviano), a quien llamaremos en adelante JRQ, demuestra que el Foro de Sao Paulo también actúa ahora en tierras ibéricas.

Es el primer síntoma de lo que representaría el arribo al gobierno español de la formación prochavista Podemos, que acaba de firmar un acuerdo de coalición con el PSOE.

Esta última fuerza política dista mucho de ser lo que fue en tiempos de Felipe González, quien encabezó una administración cuasiliberal que incluso privatizó 200 empresas estatales heredadas de la etapa del dirigismo falangista.

Luego vino la deriva con Rodríguez Zapatero, keynesiano en la política económica y demasiado amigable con los regímenes populistas autoritarios de América Latina.

Esa deriva parece profundizarse con el acercamiento de Pedro Sánchez y Podemos, configurando una especie de “Frente Popular del siglo XXI”.

Volviendo a la Operación Encapuchados, según el eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch (uno de los columnistas más formidables de la prensa española), ésta habría tenido el objetivo de liberar a JRQ, para asegurar su silencio sobre ingentes cantidades de dinero recibidas por Podemos, enviadas por las autocracias de Bolivia, Venezuela y Nicaragua.

De acuerdo a datos manejados por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, la formación española de la izquierda radical habría tenido un esquema donde varios integrantes de su cúpula nacional se encargaban de la gestión de esos fondos: Carolina Bescansa para Nicaragua, Juan Carlos Monedero para Venezuela e Íñigo Errejón para Bolivia.

Otras versiones también apuntan a la información que podría conocer JRQ, acerca del envío de cocaína boliviana a los cárteles mexicanos. Y aquí vale la pena recordar la libertad con que se movía el hijo del “Chapo” Guzmán en la Bolivia de Evo Morales, donde incluso llegar a tomar clases de pilotaje de avionetas, visitando en reiteradas ocasiones el bastión presidencial cocalero del Chapare.

Es curioso que el hijo del “Chapo”, liberado por Andrés Manuel López Obrador, sea el gran punto en común entre AMLO y Morales. Todo apunta a que la Operación Encapuchados fue inspirada por la corrupción narcopolítica.

En Bolivia, las reacciones a la maniobra fueron desde la más contundente del gobierno de transición, que procedió a las correspondientes expulsiones de los diplomáticos implicados, hasta la más timorata del ex presidente Carlos Mesa, quien se limitó a decir que “no es lo más idóneo que policías españoles del GEO vayan encapuchados a una embajada” (cierto: la frase viene de un admirador de Lula y de los Kirchner).

Posdata: El accionar ibérico del Foro de Sao Paulo tiene también su manifestación en el plano jurídico, con la incorporación del prevaricante ex juez español Baltasar Garzón al equipo de abogados defensores de Evo Morales en Buenos Aires.